Díaz-Canel declara que Cuba está “en guerra” en pleno colapso nacional

MIAMI.- A pocos días de cumplirse cuatro años del estallido social del 11 de julio de 2021, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel reapareció este fin de semana en el cierre del X Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) con un discurso marcado por un tono dramático y militarista. Según reportaron medios estatales y la agencia EFE, el mandatario aseguró que Cuba vive bajo “condiciones de guerra” y enfrenta un escenario internacional “particularmente peligroso”.

El discurso de Díaz-Canel retoma viejas consignas de la narrativa oficial cubana, que desde hace décadas responsabiliza a Estados Unidos y al embargo de la crisis nacional. Sin embargo, esta vez el mandatario subrayó que “somos un país en guerra” y acusó a “las grandes transnacionales de la comunicación y la información” de actuar como cómplices de una supuesta campaña de desestabilización dirigida desde Washington.

El gobernante hizo referencia al Memorando Presidencial de Seguridad Nacional aprobado durante la administración Trump , que, según él, busca endurecer sanciones y provocar un estadillo. “Lanzan todos sus medios para subvertir, confundir y desorientar”, afirmó en un mensaje que recordó al tono oficialista utilizado tras las protestas del 11J, cuando miles de cubanos salieron a las calles en más de 50 localidades exigiendo libertad y el fin del sistema.

Aunque Díaz-Canel apeló nuevamente al concepto de “resistencia inteligente” —consigna oficial con la que intenta justificar el colapso sostenido de los servicios públicos y la aguda escasez—, reconoció que la situación actual es extremadamente delicada. Mencionó como prioridades “elevar la producción de bienes y la prestación de servicios con eficiencia” y “liberar” a empresas estatales y privadas de “trabas burocráticas”, sin ofrecer detalles sobre posibles reformas estructurales.

Uno de los puntos más llamativos fue su llamado a aumentar las exportaciones, el turismo y las remesas, fuentes clave de divisas en una economía parcialmente dolarizada, donde el peso cubano continúa desplomándose y los apagones, la inflación y el éxodo masivo erosionan aún más la ya frágil estabilidad social. Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI), la poblaciónd ela isla descendió de 11 millones poco más de nueve.

A pesar de la magnitud de la crisis —con servicios esenciales colapsados y una ciudadanía exhausta—, el primer secretario del PCC evitó referirse a las protestas recientes contra los prolongados apagones, como las ocurridas en Santiago de Cuba, Pinar del Río, Granma y La Habana. En estas últimas se documentaron arrestos violentos. En cambio, reforzó el discurso de la unidad como garantía de supervivencia del régimen. “Defender la unidad es la prioridad absoluta, porque la existencia misma de la Revolución depende de ella”, dijo.

Díaz-Canel cerró su intervención evocando el legado de “mambises y cimarrones” y presentando a Cuba como un pueblo que “sabe pelear”, en una retórica que parece más dirigida a contener la tensión interna que a ofrecer soluciones reales para una crisis sin precedentes