Menores de edad fueron condenados por la tortura y asesinato de un compañero de colegio en Bogotá
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- julio 4, 2025
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Lo que le pasó a David Esteban Nocua fue una verdadera tragedia. Dos de sus compañeros, incluida su exnovia, lo asesinaron con crueldad, y antes de eso lo sometieron a torturas.
El caso, que sacudió a la comunidad en Bogotá, tuvo su cierre con la condena a siete años de prisión para los responsables del crimen. Se trata de Sara Sofía Cruz y Carlos Andrés Nieto Puello, quienes deberán pasar los próximos años en un Centro Especializado bajo la coordinación del ICBF.
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David Esteban fue asesinado y su cuerpo abandonado en un río, luego de aceptar salir a dar una vuelta con sus compañeros.
Ese día, “luego de un recorrido realizado, lo sujetaron y lo agredieron en doce oportunidades con un arma cortopunzante tipo navaja, causándole heridas en la cara, el abdomen, la espalda, los brazos y las piernas, que ocasionaron su muerte”, resume la sentencia. David fue hallado muerto en el río Tunjuelito, repleto de cuchilladas.
En este caso, uno de los implicados, Carlos Andrés, afirmó que actuó “obligado” por las amenazas de Sara Sofía, quien le advirtió, según su relato, que sería él quien terminaría apuñalado si no colaboraba.
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El joven narró que ayudó a amarrar a David de los brazos, y que fue Sara Sofía quien le propinó las múltiples puñaladas con total sevicia.
“De lo anterior, se concluye que Sara Sofía Cruz González y Carlos Andrés Nieto Puello, actuaron con conocimiento y voluntad, sin mediar circunstancia alguna de justificación, por lo que se coligen los respectivos desvalores de acción y de resultado. Conforme a lo anterior, está configurado el injusto imputado en cuando a la tipicidad y antijuridicidad, ejecutado con conocimiento previo”.
Lizeth Juliana Monroy, madre de David, aseguró que la relación entre su hijo y Sara Sofía era muy conflictiva y que durante más de dos años intentó persuadir a su hijo de cortar el vínculo. “Esteban la conoció en séptimo grado. Tuvieron una relación muy corta y luego unos problemas por unos chismes que ella dice que él contó. Ella le pegó dos puños en la cara”, narró.
Recordó que un día su hijo le “comentó que ella se le acercó y le pidió que la perdonara. Él había quedado muy afectado, muy triste, porque se había enamorado mucho de ella. Fue su primer amor y se entusiasmó de volver a hablar con ella”.
Aunque nada le devolverá a su hijo, la mujer confía en que los menores implicados paguen por lo que le hicieron a su hijo y cumplan con su proceso de resocialización.
