
Colombia impulsa el “boom” mundial de la cocaína con el 71% de producción
- Colombia
- junio 26, 2025
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El mercado mundial de la cocaína ha alcanzado cifras récord en materia de cultivos, producción y consumo, y el principal motor de esta grave situación es la desaforada actividad del narcotráfico en Colombia.
Esta es una de las principales conclusiones del Reporte Mundial de Drogas 2025, un documento realizado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (Unodc), que rastrea el fenómeno de los estupefacientes a nivel global.
De acuerdo con el informe publicado este jueves, en 2023 (año de cierre de los datos procesados) el planeta alcanzó una producción potencial anual de 3.708 toneladas métricas de cocaína de alta pureza, 34% más que en 2022.
De ese total, Colombia aportó un potencial de 2.664 ton., lo que implica un 71.84% de la fabricación mundial del estupefaciente.
En cuanto a los cultivos de hoja de coca, se registraron 376.784 hectáreas, repartidas de la siguiente manera: 253.000 en Colombia, 92.784 en Perú y 31.000 en Bolivia.
De las tres naciones, el incremento más descomunal se registró en nuestro país, que en 2022 contaba con 230.000 (aumentó 23.000 hta), mientras que los campos peruanos mermaron 2.216 (venía de 95.000 hta) y los bolivianos tuvieron una leve subida de 1.100 hta (estaba en 29.900).
Esta oferta viene de la mano del crecimiento continuado del consumo, que en 2013 se calculaba en 17 millones de personas que habían probado la cocaína, y diez años después el número se elevó a 25 millones.
Esto refleja una corresponsabilidad en el problema, no solo de parte de los países productores, sino también de los destinos finales de la droga, en especial Estados Unidos y Europa.
“La cocaína se ha puesto de moda en las sociedades más acomodadas. Hay un círculo vicioso entre el aumento del consumo y de la producción”, comentó Angela Me, directora de investigación de Unodc.
“Lo que está sucediendo es gravísimo, se trata de un mercado en el que la demanda es muy influenciada por la oferta, y ese incremento en la producción cambió las dinámicas de consumo, duplicándolas en una década”, explicó el académico Santiago Tobón, director del Centro de Valor Público de la Universidad Eafit.
Tal cual ha venido denunciando EL COLOMBIANO, la expansión territorial de los grupos armados en los últimos años ha favorecido el incremento en la actividad del narcotráfico, de la mano de mafias extranjeras de 19 países, que están invirtiendo gruesas sumas de dinero en la producción, transporte y exportación.
Entre esos inversionistas, los más importantes son los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, los Balcanes (Europa) y la ‘Ndrangheta italiana, los cuales tienen sociedades con las disidencias de las Farc, el ELN, Clan del Golfo, “la Oficina” y la Nueva Junta Directiva del Narcotráfico, entre otras organizaciones locales.
Según el informe de la ONU, en el periodo de 2015 a 2019 entraron en promedio anualmente a Colombia 2.600 millones de dólares, por concepto de tráfico de cocaína, una cifra que dadas las condiciones actuales se pudo haber triplicado, aunque el dato exacto no está disponible.
Algunas de las políticas de seguridad de los gobiernos de Juan Manuel Santos y Gustavo Petro han contribuido al peligroso incremento del narcotráfico. El primero suspendió las fumigaciones aéreas con glifosato y prometió incentivos económicos a los cultivadores de coca, en el marco de las conversaciones de paz con las Farc en La Habana.
Petro, por su parte, decidió no perseguir a los sembradores de coca, bajo el argumento de que son víctimas del negocio. En consecuencia, la erradicación forzada de los cultivos pasó de 68.893 hectáreas en 2022 a 9.403 en 2024, según el Mindefensa.
Su plan antidrogas consiste en darle prioridad a la interdicción de los cargamentos que se exportarán. El año pasado se incautaron 883,7 toneladas de cocaína, que no representan ni la mitad de las 2.664 ton. anuales que producen los narcos.
Su política de “paz total” también ha incidido, pues los grupos criminales aprovecharon los ceses al fuego para expandir sus fronteras territoriales, una situación reconocida por el propio Gobierno.
El informe de la ONU golpea más fuerte la reputación de Colombia dada la coyuntura política actual, en la que hay fricciones entre Bogotá y Washington, ad portas de definir si la Casa Blanca renueva o no la certificación en la lucha contra las drogas (en septiembre).
“La descertificación es una posibilidad debido a esta situación. Eso traería graves consecuencias en materia de inversión extranjera, turismo, aranceles, comercio exterior y cooperación militar”, opinó Tobón, y advirtió: “En el contexto geopolítico, es posible que Estados Unidos utilice esa herramienta para presionar un cambio de Gobierno en Colombia en 2026”.
Para evitar esa descertificación, el ministro de Defensa, general (r) Pedro Sánchez, anunció el pasado mes de abril que se retomaría la fumigación con glifosato de cultivos ilícitos, pero solo de manera manual y terrestre.
Actualmente el programa está en la fase de ajustes logísticos, adquisición de productos químicos y contratación de erradicadores. ¿Alcanzará el tiempo para mostrar resultados importantes? Las cifran ya no dan margen error.