
Niña de siete años y su abuela viven a la intemperie en Ciego de Ávila
- Cuba
- junio 23, 2025
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El periodista y activista Guillermo Rodríguez Sánchez inició este lunes una campaña de ayuda para la niña y su abuela.
MIAMI, Estados Unidos. — Una niña de siete años con discapacidad auditiva y su abuela sobreviven sin hogar ni recursos básicos en el municipio Venezuela, provincia Ciego de Ávila, tras el derrumbe de su vivienda hace tres meses, según denunció en Facebook el periodista y activista Guillermo Rodríguez Sánchez, quien ha iniciado una campaña de ayuda para ambas.
Stephanie, quien “nació con una malformación congénita, no tiene conducto auditivo ni pabellón auricular”, es hipoacúsica. A pesar de su condición, cursa el segundo grado en la Escuela “Venezuela Libre” tras haber recibido atención previa en una escuela especial. La menor fue abandonada por su madre, quien “un día no la fue a recoger más a la escuela”, y desde entonces está al cuidado exclusivo de su abuela, Miraiba, de 52 años.
Ambas habitan en condiciones infrahumanas en el barrio Van Van, en una estructura derruida que el propio activista califica de “simulacro de inmueble”. Según el testimonio, “no poseen ni un solo electrodoméstico, pernoctan bajo la luna y las estrellas” y sobreviven “gracias a un plato de comida que les regalan vecinas y vecinos, a cambio ellas obsequian sus únicos objetos de valor, los aguacates que da la mata del patio”.
El llamado de auxilio cobra mayor urgencia ante los peligros evidentes. “¿Si llueve?, ¿si un tipo las asalta y le sucede lo peor a la niña?… Si hace frío, todas son cuestiones con respuesta lógica”, advirtió Rodríguez Sánchez. Asimismo, precisó que la menor “va tirando con un par de zapatos hasta que se le rompan… luego no hay más”.
Pese a haber solicitado ayuda al Gobierno local, la única respuesta recibida hasta el momento fue la entrega de “troncos retorcidos” cuyas fotos acompañan la publicación del periodista.
Miraiba, describe Rodríguez Sánchez, “es una excelente persona”, cuya dedicación a su nieta ha sido reconocida por vecinos. “Totalmente dedicada a la supervivencia de su nieta, ayuda incluso a otros siempre que le es posible prestando sus manos para tareas del hogar”, escribió.
Lejos de mostrarse abatida, la abuela recibió a los voluntarios “sonriente y le regaló también aguacates”, gesto que el activista interpreta como prueba de su dignidad y fortaleza. “Esta señora es merecedora de consideración y un empujón para salir de este enorme abandono, aunque quisiera hacerlo sola, ya no puede”.
El periodista también hizo un llamado a la solidaridad ciudadana: “Vamos a intentar centavo a centavo llegar a lo suficiente para llevarlas a otra casita (…) o conseguirles un techo, no sé, lo que sea pero algo mejor que este deprimente panorama existencial”.
Asimismo, pidió compartir el caso, difundirlo en redes sociales y grupos de compraventa locales como Revolico, especialmente entre “la gente del municipio Venezuela en el exterior”, de quienes destacó su “enorme empatía cuando la causa es justa y la gente digna de apoyo”.
Las donaciones pueden incluir “dinero (cualquier cantidad suma), ropa, zapatos, una funda, sábanas, una toalla, aseo”, tanto nuevos como usados, precisó el periodista.
“No les hemos prometido nada a Stephanie y su abuela, pero vamos a regresar pronto hasta su deshecho hogar y estoy seguro que no será con las manos vacías”, concluyó Rodríguez Sánchez.
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