Régimen cubano no descarta declarar ‘persona non grata’ a Mike Hammer

MIAMI, Estados Unidos. – El Gobierno cubano no descarta declarar persona non grata al encargado de Negocios de Estados Unidos en La Habana, Mike Hammer, debido a lo que califica como una conducta “injerencista”, aunque asegura que aún no ha tomado una decisión al respecto. Así lo advirtió el viceministro de Relaciones Exteriores Carlos Fernández de Cossío en una entrevista exclusiva con la agencia EFE, publicada este miércoles.

“Nosotros no vamos a descartar ninguna acción en la medida en que pensemos que es un peligro lo que hace, si llegamos a esa conclusión —que no hemos llegado—, y en la medida que le prestemos mucha atención a lo que está haciendo”, declaró el funcionario.

El régimen cubano ha apercibido en varias ocasiones al diplomático estadounidense por su comportamiento en el país, que, según Fernández de Cossío, no responde a los deberes habituales de un representante extranjero. “Uno se pregunta: ¿A qué funcionario del Gobierno conoce él y con cuál mantiene interacción? ¿A qué persona con responsabilidad política en el país conoce él y mantiene interacción e influye? (…) Él evidentemente no goza de respeto en ninguno de esos sitios”, aseguró.

Además, criticó duramente el estilo con que Hammer se mueve por el país: “Anda con un equipo de producción audiovisual, se mueve en un conjunto de vehículos, aparentemente tratando de dar la impresión de que es un gran personaje, como si llegara un presidente, asumiendo que la población cubana —que es instruida y que es educada— se va a dejar impresionar”.

El viceministro atribuyó esa estrategia directamente a sectores políticos estadounidenses, en particular al secretario de Estado de Estados Unidos, el cubanoamericano Marco Rubio. “Este [Hammer] es el instrumento que, al pobre, le han dado a la tarea de ser una especie de espantapájaros en Cuba”, dijo.

Cierre del diálogo y recrudecimiento de sanciones

Fernández de Cossío afirmó que actualmente “el Gobierno de Estados Unidos no tiene interés en discutir ningún tema serio ni oficial” con La Habana. Y aunque ratificó que el Gobierno de la Isla mantiene su disposición al diálogo, denunció la paralización de canales de comunicación bilaterales, tanto en asuntos migratorios como en materia de seguridad.

Sobre las sanciones impuestas por Washington, aseguró que no sorprenden al Gobierno cubano, que ya preveía un endurecimiento con el regreso de Donald Trump al poder: “Previmos la posibilidad de que pudiera triunfar el Gobierno de Trump y conocíamos la influencia que previsiblemente tendrían los sectores anticubanos de Estados Unidos en este gobierno”.

Denunció también el impacto real que estas medidas tienen sobre la vida cotidiana en la Isla: “Si el Gobierno de Estados Unidos tiene la capacidad de limitar en extremo los suministros de combustible a Cuba o hacerlos muy costosos, eso va a tener impacto en la agricultura, la producción de alimentos, (…) y la generación eléctrica”.

Migración y parole humanitario

Otro punto crítico fue la reciente revocación del parole humanitario a decenas de miles de cubanos. “Lo que hace el Gobierno de Estados Unidos escapa la lógica y escapa la humanidad”, sostuvo. “Ahora los quiere expulsar de Estados Unidos. Se trata de seres humanos y los trata como si no fueran ni siquiera seres humanos”.

Sobre los acuerdos migratorios aún vigentes, ratificó que Cuba sigue recibiendo los llamados “inadmisibles” por vía aérea y que no hay señales de que EE.UU. incumpla la cuota anual de 20.000 visas no turísticas, aunque advirtió: “El día que no, nosotros valoraremos entonces qué acción tomaremos”.

Cuba también ha mantenido, según dijo, cierto grado de intercambio técnico con las autoridades estadounidenses, sobre todo en materia de lucha contra el terrorismo, aunque confirmó que “hoy no existe voluntad política de parte del Gobierno de Estados Unidos para que consulte, de más arriba, para que continúe”.

Por otro lado, consultado sobre el posible uso de la base militar estadounidense de Guantánamo para alojar migrantes irregulares, Fernández de Cossío expresó alarma por las implicaciones regionales: “La pretensión de meter a 20, 30.000 personas ahí incrementa la amenaza a la seguridad y la paz en Cuba y en la subregión”.

Reiteró además que “para nosotros lo importante de la Base Naval de Guantánamo es que es un territorio ocupado militarmente en contra de nuestra voluntad”.

Misiones médicas: rechazo a las acusaciones

Otro frente de fricción es el de las misiones médicas cubanas en el extranjero. Washington ha acusado al programa de prácticas cercanas al trabajo forzado, lo cual La Habana rechaza tajantemente. “Se trata de cooperación médica que la comunidad internacional (…) ha celebrado durante décadas”, afirmó Fernández de Cossío.

Asimismo, desestimó los informes de EE.UU. como “falacias” y los atribuyó a una campaña financiada “con decenas de millones de dólares”. “La pregunta correcta es: ¿Cuántas vidas se pierden (…) por esta campaña de Estados Unidos?”, cuestionó.

A pesar de las tensiones, Fernández de Cossío insistió en que Cuba mantiene su disposición a una relación diferente con Washington. “Cualquier escenario es contemplable, que descanse en una relación respetuosa”, señaló.

Y concluyó con una frase que sintetiza la visión del Gobierno cubano: “Aparentemente cualquier alternativa a la actual es mejor”.