
Murillo se refiere al fallecimiento de Violeta Barrios de Chamorro
- Nicaragua
- junio 17, 2025
- No Comment
- 5
Este lunes 16 de junio, la codictadora Rosario Murillo hizo referencia al deceso de la expresidenta nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro. Sin embargo, omitió que la familia doliente, forzada al exilio, celebró una misa de cuerpo presente en San José, Costa Rica.
En un discurso cuidadosamente calculado y manipulado, Murillo expresó: “Una vez más decimos que descanse en paz, doña Violeta. Esa paz que contribuyó a alcanzar es la paz que hoy resguardamos y defendemos todos, continúa brillando en nuestro cielo”.
Ortega y Murillo reconocen el legado de paz de Violeta Barrios de Chamorro
Murillo se limitó a reconocer superficialmente el papel de Barrios de Chamorro en el proceso de paz, refiriéndose únicamente a su participación en la Junta de Gobierno al triunfo de la Revolución Sandinista y a las elecciones del 25 de febrero de 1990, en las derrotó a Daniel Ortega bajo estricta vigilancia internacional.
Murillo evadió la represión sistemática que su propio régimen ha ejecutado contra la familia Chamorro, que se desató en arresto de varios familiares directos de la expresidenta, incluyendo a dos de sus hijos, bajo acusaciones infundadas y con procesos judiciales arbitrarios.
Discurso manipulado
En su mensaje, Murillo intentó encuadrar la victoria electoral de Chamorro Barrios como resultado del “reflejaron como resultado el infinito cansancio y sufrimiento de la guerra impuesta a Nicaragua por los imperialistas de la tierra”, una narrativa que busca desviar la responsabilidad del Frente Sandinista en la prolongación del conflicto armado y en la violencia política de ese periodo.
Lo que Murillo no reconoce es que durante ese tiempo, fue el mismo sandinismo el que, desde las estructuras de poder, alimentó la inestabilidad y la confrontación, tanto durante la guerra como después de la derrota electoral.
“Como presidenta tuvo la posibilidad de ratificar la conclusión de una guerra injusta, sangrienta, y representó tanto sufrimiento y dolor para las familias nicaragüenses”, dijo Murillo.
Según Murillo, “el comandante Daniel reconoció ese resultado, reconoció al gobierno de Doña Violeta y nos dispusimos todos a trabajar por la estabilidad y seguridad de las familias nicaragüenses”.
Este discurso oficial ignora el vandalismo político, la resistencia a la transición y los constantes ataques que el sandinismo orquestó contra el nuevo gobierno en su momento.
Pero además, Murillo intenta presentarse como una voz de reconciliación, pero la realidad expone una profunda contradicción: su régimen persigue a la oposición, criminaliza a la familia Chamorro y reprime sistemáticamente la libertad de expresión.