
Países de la UE llegan con reservas al nuevo ciclo de diálogo con el régimen cubano
- Cuba
- junio 2, 2025
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MIAMI, Estados Unidos. – El Gobierno cubano y la Unión Europea (UE) celebrarán este miércoles en Bruselas una nueva reunión destinada a cerrar el cuarto ciclo de diálogos políticos bilaterales y a preparar el inicio del quinto, en el marco del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC). Sin embargo, la reciente reclusión de los opositores cubanos José Daniel Ferrer y Félix Navarro ha despertado dudas entre algunos Estados miembros del bloque europeo, lo que podría tensionar el proceso.
El ADPC, firmado en 2016, busca fortalecer los vínculos diplomáticos y comerciales entre la Isla y el bloque comunitario, al tiempo que promueve la defensa de los derechos humanos y el impulso de reformas económicas y sociales en Cuba.
De acuerdo con un reporte de la agencia EFE, la diversidad de posturas dentro de la UE se hizo evidente en las consultas previas a esta ronda. Aunque la mayoría de los países respaldan una visión pragmática como la defendida recientemente por la alta representante para Asuntos Exteriores y Seguridad, Kaja Kallas, hay gobiernos que han pedido una revisión de los efectos reales del acuerdo.
Durante un debate celebrado en mayo en el Parlamento Europeo, Kallas reconoció que el ADPC “no ha aportado” los resultados esperados para la UE, pero insistió en que sigue siendo la “mejor baza” del bloque para defender sus principios e intereses, y para apoyar las reformas en Cuba.
A juicio de la diplomática, el acuerdo es una herramienta vigente para “promover la reforma, fomentar el respeto de los derechos humanos y acompañar la modernización económica y social de Cuba”, además de permitir “abordar” las “diferencias” entre ambas partes.
Kallas también lamentó el regreso a prisión de Ferrer y Navarrop, y subrayó que “el Estado de derecho es incompatible con las detenciones arbitrarias”. Afirmó además que la UE respalda que los ciudadanos cubanos puedan “expresarse libremente y sin miedo”.
“Todos creemos que el pueblo cubano debe poder elegir a su Gobierno mediante elecciones libres y democráticas. La cuestión hoy es cómo nos comprometemos con Cuba. Debemos hacerlo sobre la base de nuestros valores y nuestros intereses”, señaló la alta representante.
Kallas también apeló a una lectura geopolítica más amplia de la relación con La Habana, advirtiendo que el Gobierno cubano mantiene estrechos vínculos con Rusia y China. En ese contexto, sostuvo que el ADPC representa un “medio para contrarrestar la influencia de los actores globales”.
El debate no solo está presente en los pasillos diplomáticos de Bruselas. Diversas organizaciones de la sociedad civil han manifestado su escepticismo sobre la eficacia del acuerdo. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), con sede en Madrid, cuestionó la “visión desactualizada” de la UE sobre Cuba y criticó los “nulos resultados” del acuerdo en materia de derechos fundamentales.
Desde esa misma ciudad, Prisoners Defenders —una ONG especializada en el monitoreo de presos políticos— lamentó que el marco del ADPC permita a La Habana vetar la participación de representantes de la sociedad civil en los diálogos. Según la organización, esta facultad ha “condenado al fracaso al ADPC en cuanto a su más relevante objetivo, la protección de los derechos humanos”.
La misma entidad documentó en abril la existencia de 1.155 presos por motivos políticos en Cuba, una cifra que refuerza los cuestionamientos al Gobierno cubano y pone en duda la capacidad del actual marco de cooperación para incidir en mejoras concretas en materia de derechos humanos.