Casi todo un destacamento bajo de peso en prisión camagüeyana Kilo 8

LA HABANA, Cuba. – Más del 90% de los integrantes del Destacamento 1 de la prisión camagüeyana Kilo 8 se encuentran bajos de peso, según denunció vía telefónica el preso político Alieski Calderín Acosta después de un examen realizado por los carceleros en el propio centro penitenciario. 

De acuerdo con el prisionero político, el martes 6 de mayo las autoridades de ese centro penitenciario de máximo rigor hicieron pesar a los reclusos, la mayoría de los cuales evidencian marcados signos de desnutrición, de acuerdo con la fuente. 

El resultado del pesaje, amplió Calderín Acosta ―al menos en el Destacamento 1, donde él se encuentra―, fue de 55 internos bajos de peso de un total de 60. En otras palabras, solamente los cinco restantes tenían un peso considerado “normal”. En su caso particular, de 60 kilogramos (kg), que era su peso habitual, en la actualidad solo alcanza 43 kg. 

El estudio se produce a apenas dos meses de una drástica reducción de la ración destinada a los reclusos (denunciada a mediados de marzo por el propio Calderín Acosta) aparejada a la reciente prohibición de ciertos alimentos proporcionados por los familiares de los internos (situación denunciada a comienzos de este mes por el prisionero político y por el recluso José Ricardo González Alfonso). 

En esta oportunidad, Calderín Acosta reiteró que el desayuno se sirve a las 7:00 a.m. y consiste en “un pancito de cumpleaños” y tisana sin azúcar. De almuerzo se sirve a las 11:30 a.m. “tres cucharadas de arroz, un pedazo de una masa de composición desconocida y sopa de arroz”. La última comida del día se sirve a las 4:00 p.m. y consiste en “tres cucharadas de arroz”, acompañado casi siempre por “otro pedazo de la misma masa del almuerzo” o, en ocasiones, por “menos de una cucharada de pescado desmenuzado y sopa de arroz”. Para agravar aún más esta situación, acota el recluso, todo lo anterior está “mal elaborado” o en “mal estado”. 

En relación a la asistencia médica, Calderín Acosta apuntó que desde hace más de dos meses no le han suministrado el medicamento que necesita para controlar su presión arterial (captopril). De igual modo agregó que en los casos en que algún recluso enfermo o indispuesto pide ser llevado a la enfermería, los guardias se niegan alegando que “¿para qué?… Si ahí no hay nada”.

El prisionero político se refirió además a las dificultades que enfrenta la población penal para acceder al agua. En este sentido señaló que la turbina es de poca capacidad, de manera que el líquido llega con poca fuerza. Además, la encienden por lo general en horas de la madrugada, que es cuando hay electricidad. Como resultado, los reclusos se ven obligados a pasar gran parte de las horas de descanso en interminables colas para poder llenar sus respectivos depósitos. 

Calderín Acosta, de 37 años de edad, es albañil y reside en el municipio cabecera de Camagüey. Fue sentenciado a 20 años de privación de libertad por el delito de sabotaje tras presuntamente arrojar un cóctel Molotov a la tienda recaudadora de divisas (TRD) El Encanto, ubicada en el bulevar de la ciudad de Camagüey. Se encuentra encarcelado desde el 7 de noviembre de 2012.

A pesar de haber extinguido más de la mitad de su condena se le ha negado la progresión a régimen de mínima severidad, pues según las autoridades penitenciarias y agentes de la Seguridad del Estado, “los contrarrevolucionarios no tienen derecho” a este beneficio. Calderín Acosta aparece incluido en el listado de presos políticos de Prisoners Defenders, agrupación internacional de defensa de derechos humanos radicada en España.