¡Wao, Pedro! Los comunistas no lloran, los comunistas facturan

LA HABANA, Cuba. – ¡Wao, Pedro! Bastó con el arrebato de un “tipo ahí” para que Cubadebate tumbara la promoción sin temor al ridículo. El alquiler de la “Tribuna Antimperialista” (TA), a la que algunos preferimos llamar “protestódromo”, al parecer fue frustrado por un comunista llorón, de esos que aparentemente se resisten a pasarse al bando de los comunistas que facturan, porque todo parece indicar que el cisma actual del PCC va por ahí, en tanto algún peje gordo debió dar la orden de alquilar (no de otro modo el obediente Randy Alonso lo hubiera publicado), mientras que otro de similar peso emitió la contraorden (porque no de otro modo esta sería acatada al instante).

Lo que dijo el tal Pedro Lizardo Garcés Escalona, apenas un jefecillo local de La Habana, tuvo efecto no tanto porque fuese alguien a tener en cuenta por los jefes de jefes, sino porque amenazaba con agitar un avispero cada vez más alborotado de disidentes internos (es decir, dentro de las filas del propio PCC), así como de fidelistas decepcionados por una “continuidad” que no consideran digna de su difunto líder, además de que hacía demasiado evidente que existe una desconexión abismal entre partidarios y que esa “unidad monolítica” pregonada por el régimen es solo un mito, una ilusión y, después de este escandaloso “desacuerdo”, apenas un chiste que a la vez evidencia otra desconexión peor, con la realidad.

Llama la atención, según las publicaciones anteriores en redes sociales del propio Pedro Lizardo, y por los comentarios dejados por “ciberclarias” y demás tontos útiles a raíz de lo publicado en Cubadebate, que los escandalizados por el alquiler de la TA (una estrategia con la que presuntamente se buscaría recuperar lo invertido en la reparación, así como sostener los altos costos de mantenimiento del sitio, constantemente a merced del salitre y las inundaciones) son probablemente los mismos hipócritas que en su momento aplaudieron a Raúl Castro cuando proclamó el “fin de las gratuidades”, o cuando llamó a un “cambio de mentalidades” y que, por demás, rompieron lanzas por Miguel Díaz-Canel cuando algunos advirtieron que era truco lo de la MLC para abastecer las tiendas en moneda nacional, y sobre todas las demás estafas y desfalcos, alquileres y ventas, “dólar no” y “dólar sí” que le han sucedido o que le antecedieron. Es decir, por poner otro ejemplo quizás más ilustrativo de tal hipocresía: aceptan el alquiler para el turismo de las limusinas soviéticas en que se movía Fidel Castro en los años 70 y 80, pero se niegan a alquilar algo mucho menos personal como un espacio de eventos.

Y es que aquí, los comunistas que facturan, los que han sido derrotados esta vez por los que lloran, deberían ver las consecuencias de crear y sumar partidarios únicamente desde los más tontos idealismos de izquierdas, desde los fanatismos hipócritas, y entonces luego esperar a que sean objetivos, pragmáticos, “atemperados” y cómplices en todas las circunstancias y los tiempos.

Paradójicamente, el espacio de confrontación con el “enemigo”, creado por Fidel Castro a unos pasos de la Embajada estadounidense para montar entre fanfarrias y escándalo sus espectáculos políticos, ha terminado revelando, sin proponérselo, otro mucho más penoso y ridículo, que es el de contemplar las contradicciones internas de una dictadura, en esencia inmoral, que constantemente tropieza con ella misma, con su propio discurso hipócrita.

Hasta el instante cuando redacto estas líneas, casi en la madrugada del martes, no había salido una publicación de Cubadebate desmintiendo su propia nota o justificando el haber retirado la promoción. Pero igual, bien entrada la noche del lunes, varias fuentes relacionadas directamente con la gestión administrativa del “protestódromo” me confirmaban que para nada se revocaba la autorización de alquilar sus espacios, ya que, cito, no se trataba “de algo improvisado” sino que partía “de una iniciativa debidamente aprobada tanto por las organizaciones políticas y las autoridades del Gobierno” a la que responden.

Pudiera ser que la “cosa” continúe escalando a peores este miércoles, al punto de que a alguno se le fastidie el negocio de alquilar, pero igual que muchos nos sorprendimos al ver la TA en oferta (y no en Revolico sino en la oficialísima Cubadebate), otros se han entusiasmado por la posibilidad de arrendar el lugar, aunque sea por alardear en Facebook de que se la gastaron en la fiesta de 15 de la hija, puesto que así, sobrados de imbéciles, nos ha dejado tanto “miedo no creíble”.

Pero todo indica que la marcha atrás en el alquiler de la TA es un apagafuegos, un truco de emergencia para contentar a los “pedritos”, en tanto parece más bien para callarles la boca que para otorgarles una victoria. Como en situaciones similares, los comunistas que facturan (que son mayoría) no renunciarán al dinero que les pueda generar (a fin de cuentas Palco S.A. lo ha hecho desde los tiempos en que fue creada por Fidel Castro para sacarle más dinero a la izquierda mundial entre congresos y reuniones en La Habana), y así continuará un buen tiempo el negocio de alquilar la TA pero, a partir de ahora, solo en “modo discreto”, sin generar demasiadas burlas porque, para chistes y choteos, ya con los zapatos de “la Machi” hay y habrá más que suficiente.