
La U. Nacional registra el menor número de aspirantes en su historia
- Colombia
- mayo 4, 2025
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Las universidades públicas son la única opción que tienen miles de jóvenes para acceder a la educación superior. La Universidad Nacional de Colombia (UN) es la más grande de las públicas, y obtiene, casi siempre, un mejor puesto que las demás universidades colombianas (públicas y privadas) en los listados internacionales. Sin embargo, cada año hay menos aspirantes. Para el periodo 2025-II, se presentaron 25.167 jóvenes, para 2020-I se presentaron 40.465 personas.
¿Qué está sucediendo? Natalidad, oferta y demanda
La noticia se hizo viral en redes. Los testimonios, tanto de quienes han ingresado como de quienes desistieron de intentar, concordaban en varios puntos. El primero, es que es muy difícil entrar. Solo 1 de cada 4 estudiantes lo logran, e intentar entrar varias veces requiere un esfuerzo económico y psicológico que no todos pueden enfrentar.
También se señaló la falta de una jornada compatible con la necesidad de los estudiantes: muchos deben trabajar para poder estudiar, y el modelo de la UN plantea clases todo el día, lo que no deja espacio para otra cosa.
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Jaime Arias, exministro de Educación (1984) y rector de la Universidad Central, le dijo a EL COLOMBIANO que el fenómeno de deserción no es único de la UN: “cada vez hay menos matriculados en las universidades privadas. Debemos tener en cuenta que esta tendencia irá empeorando con los años, porque cada vez hay menos natalidad y, por ende, menos jóvenes en edad de ir a la universidad”, explicó.
Arias también explicó que, con el tiempo, las carreras profesionales han perdido su valor simbólico: “muchos prefieren estudiar carreras tecnológicas porque son más cortas y representan ingresos rápidos”, señaló, haciendo énfasis en que los tecnólogos y cursos son cada vez más apetecidos, tanto por los estudiantes como los empleadores.
“En Colombia las carreras son muy largas, estamos trabajando en reducir el tiempo (…) los estudiantes en carreras técnicas ha disminuido. Pocos ven la mano de obra como una opción, eso también es preocupante”, añadió.
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Otro de los puntos señalados por la comunidad universitaria, fue la desactualización de los pensum. Arias señaló que, aunque las carreras profesionales en Colombia están bien estructuradas, falta ampliar los programas con respecto a la demanda del mercado: “hay universidades internacionales que tienen carreras para ser influencers, o carreras centradas en programación, nosotros casi no”, dijo.
Tiempo y orden público
Diego Torres, representante profesoral ante Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional agregó otra situación que podría estar afectando el número de aspirantes a la UN: “lastimosamente los estudiantes y sus familias ven que no vale la pena ir a una universidad que genera tanto conflicto y de la que se tiene la impresión de que se sabe cuándo se entra y no cuándo se sale”.
El docente agregó: “los efectos de ese paro tan prolongado (en 2024), de la violencia en el interior de la universidad, de los problemas en el calendario académico (hace un mes iniciaron las clases de semestre 2025-1) han sido un golpe muy duro para la imagen de la universidad. Antiguamente, los estudiantes se resignaban a que eso tenga que ser así, pero hoy en día prefieren simplemente ir a otras instituciones universitarias, sobre todo con la matrícula cero en las universidades públicas”.
La opinión de Torres fue compartida por varios estudiantes, quienes aseguraron que han pasado hasta 3 meses sin estudiar por cuenta de los paros en las sedes del país. Además, aseguran que, para optimizar el calendario académico, deben ver lo se un semestre en a penas dos meses.
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EL COLOMBIANO habló con estudiantes de la UN Sede Bogotá y les preguntó acerca de cómo los paros afectaron su proceso académico. Las opiniones fueron divididas. Para David Rivera* (quien pidió mantener su nombre real bajo reserva), el cese de actividades de la Nacional lo ha desanimado. Estudia Ingeniería de Sistemas, entró hace 5 años, y aunque se ha esforzado por acabar a tiempo, ha tenido que esperar hasta 3 meses para retomar varios semestres debido a diferentes paros.
”Uno termina ejerciendo tarde, saliendo tarde al mercado laboral. También es agotador ver que la vida de otros avanza y uno sigue en etapa universitaria. Fue muy difícil entrar, y ha sido difícil salir”, aseguró.
Este diario también conversó con María Cruz, graduada de Ciencias Políticas y estudiante de últimos semestres de Sociología en la UN, quien aseguró que, a pesar de los paros, ha podido avanzar significativamente en su doble titulación, incluso, terminando una de las carreras.
Esto dijo: “conozco las dinámicas de los paros, incluso desde antes de pandemia, y la gracia es que incomoden para que el Estado y las directivas atiendan las necesidades del estudiantado. No solo se hace un cese de actividades, también son espacios de formación. Yo aprendí más sobre crisis estatales y mecanismos de gobierno en los espacios educativos de los paros que en las aulas.
También se hacen recolectas para ayudar a los estudiantes que no viven en Bogotá y deben mantenerse mientras no hay clases”
.EL COLOMBIANO se comunicó con Leopoldo Múnera para preguntarle sobre la posible relación entre ambas cosas, pero al cierre de esta edición, no contestó.
Sin embargo, en comunicados públicos, el rector habló acerca de los recientes conflictos entre parte del estudiantado, la fuerza pública y la minga indígena que llegó a la universidad. Aseguró que la minga tenía permiso de ingresar y hospedarse en el campus, y que la mayoría de las clases se realizaron con normalidad.
Admisión injusta
Además de que pocos pueden entrar, Arias señaló que los exámenes de admisión tienden a ser injustos. “A la UN no sólo se presentan estudiantes de estratos bajos, allá también llegan estudiantes de colegios privados con educación altamente calificada.
Es más probable que ellos aprueben el examen porque su educación, comparada con instituciones de educación básica estatales, es mejor”, explicó.
Y no solo se trata del capital cultural y educativo, también del económico. “El 90% de los estudiantes que vienen a las privadas necesitan de un crédito. Suma lo difícil que es entrar a una pública con lo difícil que es pagar una deuda… los estudiantes disminuyen a nivel nacional”, afirmó Arias.
El experto en educación advierte que, incluso con estas variables, la preocupación sobre la disminución de estudiantes no debería ser sólo por lo académico, sino que es un problema social: “a la universidad no sólo se va a aprender la teoría y los libros, la universidad es una experiencia personal y emocional que ayuda a adquirir habilidades blandas que también necesitan las empresas”.
Sin embargo, el exministro se muestra positivo. Le aseguró a este diario que la educación en Colombia (en todos los niveles superiores) es bastante buena y mejora cada día.