
Bernardo Corrales, de capitán del Ejército Rebelde a mártir de la resistencia anticastrista
- Cuba
- abril 16, 2025
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MIAMI, Estados Unidos. — El capitán Bernardo Corrales, exoficial del Ejército Rebelde y figura destacada de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, fue fusilado el 16 de septiembre de 1961 en la provincia de Pinar del Río, tras levantarse en armas contra el sistema comunista instaurado en Cuba tras el triunfo revolucionario de 1959.
Corrales fue protagonista de una de las acciones clandestinas más recordadas de la lucha antibatistiana: la voladura del polvorín de Guanabacoa, hecho en el que también participó el teniente Julio Tang Terxier. Al triunfo de la Revolución, Corrales ostentaba el grado de capitán del Ejército Rebelde y fue designado jefe del cuartel de San Julián, en Pinar del Río.
Sin embargo, apenas un año después, se unió al grupo de revolucionarios desencantados con el rumbo del nuevo gobierno. En 1960, Corrales fundó el Movimiento Demócrata Martiano (MDM), junto a exmiembros del Movimiento 26 de Julio, oficiales rebeldes y civiles. Esta organización aspiraba a restablecer la democracia en Cuba, bajo el amparo de la Constitución de 1940, y declaraba que no se convertiría en partido político tras el derrocamiento del nuevo régimen.

En marzo de 1961, Corrales organizó un frente guerrillero en la Sierra de los Órganos, también en Pinar del Río. El 15 de abril, decidió trasladarse a La Habana para coordinar suministros y acciones. Fue detenido en San Cristóbal, pero logró escapar del cuartel de las milicias tras herir a varios de sus captores. Posteriormente fue arrestado nuevamente en la capital, herido, y conducido al Hospital Militar de Columbia, donde un intento de rescate fracasó.
Corrales fue juzgado en la Audiencia de Pinar del Río y condenado a muerte. Fue fusilado junto a René Suárez Pérez pocas horas después del juicio. Su historia se inscribe dentro de las primeras resistencias armadas internas al régimen de Fidel Castro, que ya para entonces comenzaba a consolidar su poder absoluto.
El capitán castrista Eliseo Reyes “San Luis”, reconocido por su participación en la lucha contra los alzados, llegó a admitir en referencia a estos opositores: “Algunos poseían valor, no se puede negar. Según ellos, no tenían nada que decir y no hablaban”.
Corrales forma parte de un amplio grupo de excombatientes revolucionarios que, tras combatir a Batista en nombre de la libertad, optaron por alzarse nuevamente ante lo que consideraron una nueva dictadura. El Comité Internacional de Ex-Presos Políticos Cubanos lo describe como “un rebelde con causa” y símbolo de una lucha truncada por la imposición del autoritarismo en la Isla.