
¡Buenas noticias en el balotaje de Ecuador!
- Cuba
- abril 15, 2025
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LA HABANA, Cuba.- Este domingo 13 de abril terminó con una noticia feliz: en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el fraterno Ecuador, el actual presidente obtuvo una contundente victoria sobre la opositora Luisa González, del movimiento correísta Revolución Ciudadana (RC).
Daniel Noboa Azín sacó más de un millón de votos de ventaja sobre su contrincante de izquierdas. Esto representa una diferencia de más de 11 puntos porcentuales. No obstante la clara derrota sufrida a nivel nacional, la prensa informaba que la candidatura de la fémina correísta ganó en cinco de las 24 provincias del país. Pese a todo lo anterior, la señora González ha optado por impugnar el resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). “Ecuador está viviendo una dictadura y el fraude más grotesco de su historia”, declaró la irascible señora.
Doña Luisa menciona, entre los elementos del supuesto “pucherazo”, los siguientes: el hecho de no poder haber votado los ecuatorianos residentes en Venezuela; la reubicación festinada de 18 recintos electorales; la aceptación de actas electorales no válidas; la concesión de “bonos” de dinero a determinadas categorías de electores por el gobierno de Noboa justo antes de los comicios; y la declaración del estado de emergencia en siete provincias del país.
Esos argumentos de la candidata de RC no resisten el más somero análisis. Unas horas antes de los comicios, Swissinfo informaba: “Unos 10.000 ecuatorianos en Venezuela se quedarán sin poder votar”. Según este sitio web, lo anterior se debió a “demoras por parte del Gobierno venezolano en conceder los permisos para el ingreso de los funcionarios que debían recibir los votos”. Y esa decisión la tomó el CNE ecuatoriano “tras agotar todas las instancias y alternativas”.
Supongo que Luisa González sabía que esos compatriotas suyos (que por vivir en Venezuela conocen bien de cerca las “maravillas” del “socialismo del siglo XXI”) estaban dispuestos a votar en masa contra ella. Y sospecho que los agentes de dicha señora gestionaron ante sus amigotes chavistas que, invocando la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países, impidieran la votación en la Patria del Libertador.
Lo anterior quiere decir que los correístas señalan, como elemento vital del supuesto “fraude”, el hecho de que dejaran de votar “unos 10.000 ciudadanos” (¡y esto por decisión de sus amigos chavistas y —lo más probable— a petición de los mismos correístas!). Y conste que estamos hablando de un número de electores que, frente a los 13,7 millones empadronados, ¡representa apenas el 0,07 % del total!
Por su parte, los recintos electorales reubicados, según el CNE, fueron no 18 (como planteó la candidata perdedora), sino 24. Ellos, entre los 4.349 existentes, ¡representan apenas el 0,55 % del total! Además, esas reubicaciones se han debido a las lluvias torrenciales experimentadas en provincias costeñas, que han convertido las calles en verdaderos ríos y provocado múltiples afectaciones.
En lo tocante a las actas incorrectas, vale señalar que el CNE aceptó el reexamen de 3.865 de ellas, las que representan 1.275.450 votos. Tomando en cuenta el total de los sufragios computados, para que cambie el resultado de la elección sería necesario que, en los recintos electorales cubiertos por esas actas, Luisa González recibiera… ¡más del 92 % de los votos emitidos!
En el asunto de los bonos, queda claro que este periodista no puede estar de acuerdo con el otorgamiento de esas ayudas económicas. Usar los recursos del Estado para obtener agradecimientos que beneficiarán la reelección del mandamás en funciones constituye una medida populista de la peor especie. Aquí creo que solo vale comentar que, donde las dan las toman… El propio Rafael Correa en su tiempo, o más recientemente sus amigos kirchneristas argentinos, han usado con amplitud ese medio espurio para conseguir apoyos electorales. Pero claro que eso puede ser catalogado como una práctica electoral indebida; nunca como elemento de un supuesto “fraude”.

Por último, la declaración del estado de emergencia en siete provincias (de las 24 que existen en el país) se explica de sobra —creo— por la situación excepcional que existe en Ecuador debido a la violencia delincuencial generalizada. Esto es corroborado por las estadísticas existentes y las informaciones más recientes; el tema constituyó uno de los más debatidos durante la campaña electoral, y resulta injusto y arbitrario inculpar al presidente Noboa por tomar medidas ante esa realidad.
La falta de fundamentación de la cual adolece la denuncia de González se observa no solo en la lluvia de felicitaciones a Noboa por su inobjetable victoria. Hasta la misma reacción de los socios y cómplices de RC así lo sugiere. En Cuba, por ejemplo, la prensa oficialista, siempre tan incondicional en sus apoyos a todo lo que huela a “socialismo del siglo XXI”, se ha mostrado comedida en este asunto.
Por rara excepción, el titular de la noticia aparecida de inicio en Cubadebate, por ejemplo, no sería despreciado ni por el más objetivo, imparcial y serio órgano de la prensa internacional. “Daniel Noboa gana la presidencia; Luisa González no reconoce los resultados”. Son esas las frases que encabezan la información brindada al respecto por el connotado órgano de la prensa castrocomunista.
Pero, bueno, ya conocemos aquello de que “perro huevero, aunque le quemen el hocico”. En otra información (esta fechada ya el lunes), el citado órgano de propaganda se hace eco de la denuncia formulada por una entidad denominada “CELAC Social” (lo que sea que eso signifique). Según el nuevo titular, las “señales de fraude en elecciones de Ecuador serían ‘múltiples y alarmantes’”.
Destaco que los socios de los correístas, al menos de inicio, han preferido recurrir al virtual anonimato. Circula en las redes, por ejemplo, una declaración de una fantasmagórica Alianza Internacional Antifascista. A ese documento (que se hace eco de las infundadas denuncias de la señora González y no lleva al pie los nombres de los supuestos firmantes) fue que echó mano la televisora chavista teleSUR para expresar su solidaridad con la candidata derrotada. Aunque conviene aclarar que, hace unas horas, Nicolás Maduro (¡sí, nada menos que Maduro!) tildó lo sucedido en Ecuador de “fraude horroroso”.
Mientras tanto, no está de más que señalemos las tremendas diferencias que se observan entre este supuesto “fraude grosero” de mentiritas y el de verdad que perpetró hace meses el régimen castrochavista de Venezuela. La transparencia que muestra ahora el órgano electoral ecuatoriano, que sí es independiente e imparcial, contrasta de modo diametral con la opacidad de su homólogo venezolano, sometido a los dictados de Nicolás Maduro.
A apenas unas horas de cerradas las urnas, el sitio-web del CNE ecuatoriano exhibe las actas originales, clasificadas por provincias, circunscripciones, cantones, parroquias, zonas y juntas. En Venezuela, ¡meses después de los comicios!, todavía se espera por la publicación oficial de los documentos homólogos (que, supuestamente, servirían para acreditar la victoria de Maduro). Sí está publicada, pero en un sitio-web opositor, la gran mayoría de las actas, y ellas certifican la apabullante derrota sufrida por el dictador.
Escribiendo desde Quito para un órgano tan poco sospechoso de antiizquierdismo como El País, el colega Federico Rivas Molina ofrece un dato demoledor: “En Ecuador, hay medio millón de venezolanos que se encargan cada día de recordar a los anfitriones lo mal que funciona aquello”. Es probable que ahí radique el quid de la gran victoria de Noboa. Si fuera ese el caso, entonces creo que todos los amigos de la libertad, en Ecuador y en todo el mundo, deberíamos repetir la estrofa central del himno de Venezuela: ¡Gloria al bravo pueblo!